Apoloybaco, visita a las Bodegas Lustau, en Jerez de la Frontera.

El actual complejo bodeguero con el que cuenta Bodegas Lustau en Jerez de la Frontera fueron adquiridos en junio de 2001 a la compañía Domecq. Son seis edificios con un total de 20.000 metros cuadrados y que por el mal estado de algunos de ellos fueron restaurados durante los años 2001 y 2002. Hoy en día constituyen la cabecera del Grupo Caballero en el Marco de Jerez.

Hasta llegar aquí, un largo recorrido ha jalonado la historia de esta centenaria bodega. Emilio Lustau S.A. fue fundada en 1896 por Don José Ruiz-Berdejo, era secretario judicial, y cultivaba las viñas en su finca llamada Nuestra Señora de la Esperanza, en las afueras de Jerez, donde almacenaba los vinos y después los vendía a las grandes bodegas exportadoras. De hecho era un almacenista. En 1940, su yerno Don Emilio Lustau Ortega trasladó la bodega al antiguo barrio de Santiago, y no sería hasta 1950 cuando pasarían de «almacenistas» a  la categoría de «Exportadores de vinos de Jerez».

A partir de comienzos de los ’80 y bajo la dirección de Rafael Balao, se convirtió en una de las compañías más innovadoras de Jerez. En 1990 el destino de Emilio Lustau S.A. cambió al pasar a manos de la conocida compañía Luis Caballero S.A., esto dio un considerable y seguro respaldo financiero y la posibilidad de desarrollo y expansión. Prueba de ello la adquisición en el 2001 del complejo bodeguero «Los Arcos», y en 2008 Lustau adquirió cuatro de las marcas más señeras en la historia del vino de Jerez, La Ina, Botaina, Río Viejo y Viña 25. La compra comprendió no sólo las marcas sino también sus solerajes.

Bodegas Lustau, comercializa mas de cuarenta vinos que proceden de bodegas situadas en las tres ciudades que conforman el marco del jerez (El Puerto de Santa María Jerez de la Frontera y Sanlúcar de Barrameda). y posee edificios bodegueros en las dos primeras, mientras que en Sanlúcar se encuentra enclavada la bodega de Don Manuel Cuevas Jurado, Almacenista al que Lustau comercializa sus vinos.

Una delegación de Apoloybaco tuvimos la fortuna de visitar el complejo bodeguero Los Arcos en Jerez, seis espectaculares bodegas «Catedral» del siglo XIX construidas entre 1835 y 1865. Inicialmente cada una de ellas perteneció a firmas diferentes (Harvey, Marqués de Misa, Domecq) y actualmente del Grupo Caballero. En sus interiores y con una copa de vino en la mano es cuando mas sentido toma la frase de un escritor, poeta y sobre todo amante de los vinos, el jerezano José Manuel Caballero Bonald: «Un buen bebedor – un buen degustador, el prestigioso nadim de los refinados árabes – no cometerá nunca ninguna falta de respeto ni jamás será descortés con un vino noble». Así son los vinos de Jerez de Bodegas Lustau.

 

Maqueta del primigenio cortijo de la viña Nuestra Señora de la Esperanza, situado a las afueras de Jerez y donde dio comienzo la historia de Bodegas Lustau. Federico Sánchez, responsable comercial (izquierda) y Juan Mateos, fueron los encargados de explicarnos el procesos de elaboración y crianza, de estos vinos.
Impresionante bodega catedralicia, en este caso la denominada Las Cruces de una antigua familia escocesa: Los Makensy. Hoy acogen en su seno entre otras las botas del famoso fino la Ina. El Grupo Caballero cuenta con viñedos propios: La viña Montegilillo, situada al norte de la zona denominada «Jerez superior» de tierras albarizas y con la variedad Palomino. Y otra llamada Las Cruces entre Sanlúcar y Chipiona donde se cultiva la moscatel y la PX.
Bodega Los Arcos, de 1862 es la que le da nombre a todo el complejo bodeguero. Con sus 52 majestuosos arcos guarda en su interior 2.600 botas sobre todo del fino Jarana. Antonio Vázquez, presidió la delegación de Apoloybaco a esta histórica bodega jerezana, donde se crían y elaborar uno de los mejores vinos del Mundo: Los vinos de Jerez.
Bodega La Campana, es de 1835, en la que se crían el oloroso Don Nuño, el oloroso Río Viejo y el amontillado Botaina del que tan solo hay 45 botas. Y están llenas hasta arriba a “tocadeo”. Bodega la Emperatriz, declarada Bien de Interés Cultural siendo su antiguo propietario el Marqués de Misa, en la que envejecen actualmente amontillados y olorosos como el “Emperatriz Eugenia”.
Bodegas Montegilillo, cuenta con un pequeño museo de artilugios y aperos relacionados con la viticultura y los trabajos y oficios de las bodegas. En la foto antiguo carro para trasportar el mosto. Una muestra de la crianza biológica del vino bajo «el velo de flor» El velo de flor es una capa de levaduras, de grosor variable y de color entre blanco y grisáceo, del grupo saccaromyces.
Entre naves de bodegas existen estrechas calles que junto con las buganvillas que forran sus paredes exteriores, sirven para refrescar el interior de las mismas. Federico a la derecha explican la metodología mas apropiada para la cata de los vinos de Jerez, para mejor apreciar sus características y singularidades organolépticas.
Bodega La Sacristía era una antigua calle de Jerez que hoy ha quedado integrada en el complejo bodeguero. En la sacristía se encuentran las botas de los vinos VORS y VOS así como la del Cream East India, que cuenta con 96 puntos Parker. Toda la gama de vinos, brandy y vinagres que elabora y comercializa Bodegas Lustau, muchos de ellos con grandes premios, como el último, obtenido por el Amontillado «Los Arcos»  y elegido como uno de los 100 mejores vinos del Mundo.
Manzanillas, finos, olorosos, palos cortados, amontillados, cream, moscateles y pedros jiménez, fueron los vinos que pudimos degustar al final de esta extraordinaria visita. Una visita muy fructifera y agradable, gracias a los buenos oficios para gestionar la misma, de nuestro amigo Luis Paez en el centro de la foto.
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