Apoloybaco, en las Ruta del vino de Sevilla. El Bajo Guadalquivir.

Organizado por Rutas del Vino de «Menchu Alcoleala», la Academia de Gastronomía y Turismo de Andalucía, disfrutó de una espléndida jornada enoturística por las llamadas Rutas de los Vinos y Licores de la provincia de Sevilla, en esta ocasión por la Ruta que discurre por el Bajo Guadalquivir.

El Bajo Guadalquivir puede considerarse una amplia comarca de la provincia sevillana, pero en la actualidad, dos de sus municipios conservan la tradición vinícola; Los Palacios y Villafranca y Lebrija. La ruta transcurrió principalmente por Lebrija, cuyo término municipal se extiende por las Marismas del río Guadalquivir hasta la Campiña. Lebrija es un pueblo de origen mitológico; donde según cuenta la leyenda, el Dios Baco inició su fundación cerca de la ribera del Océano Atlántico. «La que rinde especial culto a Baco, allí donde tienen su morada los ligeros sátiros y las Ménades, que celebran de noche los misterios de aquel Dios, cubierta la cabeza con una piel de ciervo». (La Patria de Nebrija, de José Bellido Ahumada).

Estos municipios están cercanos al marco de Jerez, por ello podemos encontrarnos suelos de la conocida tierra «Albariza», lugar idóneo para el cultivo de la vid. Por su altitud no superan los 8 metros sobre el nivel del mar y su cercanía al mismo, hacen que su clima mediterráneo se vea influenciado por las suaves brisas y vientos marinos.
Precisamente Lebrija es la primera zona vinícola de Sevilla que cuenta con D.O.P (Denominación de Origen Protegida): Vino de Calidad de Lebrija. Publicado en el BOE de 15 de marzo de 2010. Abarca los municipios de Lebrija y El Cuervo.

Nosotros visitamos la bodega González Palacios, fundada por D. Francisco González Palacios en el año 1960, y que cuenta en la actualidad con dos bodegas, una situada en el casco antiguo de Lebrija (Bodegas los Arcos) y otra situada en la finca (Bodegas Overo). Están provistas de unas modernas instalaciones y de un importante parque de botas de roble americano y poseen viñedos propios, unos situado en el Pago de Horcajo, con vides de mas de 50 años de edad, y otros en la llamada Finca del Abuelo Curro.

Rutas del Vino de Menchu Alcolea es una iniciativa emprendedora que pretende poner en valor la riqueza enológica, gastronómica, paisajistica, monumental e histórica de las comarcas vitivinícolas y destilerias de la provincia de Sevilla. Mas información en: Menchu Alcolea. Tel. 663 345 630.

 

La ruta da comienzo en Sevilla, donde un autobús recogió a los asistentes para desplazarlos hasta el punto de llegada, que no fue otro que la bodega y los viñedos de Gonzalez Palacios, situados en lo alto de la loma a la que llaman la Finca del Abuelo Curro. Felix González, uno de los propietarios recibió a los invitados desde lo alto de una de sus lomas al pie de la bodega y sus vigorosas viñas. Desde allí se apreciaban lo que antaño fue el famoso Lago Ligustinus, así como unas hermosas pinceladas del actual pueblo de Lebrija, donde despuntan las torres de sus iglesias, como la de Santa María de la Oliva, templo que fue promovido por el rey Alfonso X El Sabio, y que el amigo Felix nos explica con todo lujo de detalles. Asimismo nos explicó el proceso de las labores de la viña.
Una vez comprendidas las excelentes características climatológicas y edafológicas de esta zona para el cultivo de la viña, donde cuentan con unas 22 hectáreas de las variedades Palomino, Moscatel, Sauvignon Blanc, Syrah, Tempranillo y Caberbet Sauvignon, se pasó a degustar un auténtico y exquisito desayuno campero y lebrijano.

 

Nos esperaba un lebrillo de «tostá con AOVl» junto con una variada chacina y deliciosas aceitunas. Acompañado todo ello con un suave y afrutado mosto elaborado con la variedad sauvignon blanc, un vino de crianza biológica «El poeta», un vino dulce Moscatel «González Palacios» y un oloroso muy viejo con una crianza en botas de roble durante 30 años.
Extraordinario «piscolabis» que diría un viejo amigo mío, un desayuno que te llena de vitalidad y buen humor para continuar con la visita programada por Carmen Alcolea, gerente de está singular iniciativa por las tierras y paisajes del Bajo Guadalquivir sevillano. De nuevo el autobus para dirigirnos ahora a la yeguada de Las Arenas, una hermosa finca acondicionada para la crianza de caballos.

Yeguada Las Arenas, fue fundada en el año 2000 por D. Julián Gómez con 7 yeguas descendientes de hierros de gran importancia dentro del mundo del caballo de Pura Raza Española, como son Romero Benítez, Guardiola y Bohórquez.

La yeguada cuenta actualmente con buenas instalaciones que permiten llevar a cabo la reproducción y cría de sus caballos, contando con varios boxes para los sementales, corraletas exteriores y cubiertas, pista exterior para doma clásica y pista de preparación para morfológicos, pastizales, oficinas, silos para el almacenamiento de piensos, sala de curas, etc

En sus cuadras cuenta con todo un peso pesado de la raza equina: el semental, DUQUE CXIII, quien en SICAB de 2008 consiguió imponerse como Campeón Joven de España y Campeón de Andalucía en 2010. Esto ha supuesto un salto cualitativo en la yeguada.

Tras la catalogación de Duque CXIII como Reproductor Mejorante, un ejemplar raceador, muchas ganaderías internacionales están solicitando su presencia. José Francisco Ruiz, su jinete, ofreció una espectacular exhibición de este galardonado caballo, así como de otros ejemplares, con sus poses, sus trotes que muestran las bellezas de los caballos de Pura Raza Español. José Francisco, no sólo es un gran profesional del mundo de los caballos sino un auténtico apasionado de estos nobles y esbeltos animales, a los que cuida y mima con mucho cariño y sabiduría, es el hombre que le susurra a los caballos.

Yeguas y potros que garantizan la continuidad y mejora de esta raza en la Yeguda las Arenas.

Después de este paseo por el campo y este precioso y majestuoso espectáculo, toca visitar la segunda bodega con la que cuenta González Palacios, está se encuentra en el centro de Lebrija. Es una bodega fundamentalmente destinada a la crianza de vinos generosos y en el centro de la misma posee una especie de «sacristía» donde Jesús González hermano de Felix y copropietariod e la bodega nos realizó una detallada explicación de los vinos que iban acompañar a la comida.

Una magistral cata organoléptica donde pudimos apreciar los colores, los aromas y sobre todo los sabores de vinos como el Gonzalez Palacios blanco sauvignon Blanc, el vino «frasquito» una manzanilla pasada, aunque por motivos administrativos no se la puede tipificar con este nombre. Y por último nos explico las características de su tinto Overo un coupage de tempranillo y sirah con 12 meses de crianza en roble americano.

En esta «sacristía» báquica se sirvió el almuerzo: jamón, queso, chorizo y salchichón ibérico y carne mechada, y como no, las sabrosas aceitunas aliñadas al estilo de Lebrija. Con ello maridaba perfectamente el vino «Frasquito», aquí tipificado como Flor de Lebrija, aunque también se podía acompañar con su oloroso viejo.

A continuación llegó a la mesa el plato fuerte: la típica «puchera» de Lebrija con su correspondiente pringá. Magnifica.

Con qué la podiamos armonizar?, sin duda el mas apropiado era el tinto de crianza Overo, para estos platos tan consistentes, un tinto aterciopelado y sabroso como el Overo viene de lujo, no se enmascaran unos sabores con otros, pero también los vinos generosos como el «Frasquito» maridan perfectamente.

Para los postres, frutas naturales, y con ellos nada como el vino pasas «El Poeta» un vino elaborado a partir de uvas moscatel y palomino previamente soleadas, o su vino Moscatel «González Palacios». Dos vinos que invitan a la conversación, a la tertulia, sin duda lo mas apropiado de una sobremesa.

Pero el final de la jornada aún no había llegado, pues estando en Lebrija no podía faltarnos algo tan identitario de esta bella localidad como es el cante.

Bendito cante flamenco, patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Lebrija junto con Utrera y Jerez de la Frontera, forman el denominado «triángulo del cante jondo».

A la guitarra Antonio Malena y al cante El Chimenea, Quilito y Juan Peña, soleá, buleria y dunde lebrijano, corrieron por los rincones de esta nave de bodega.

 

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