GASTRONOMÍA

Junio 2009: Bodega Góngora.

Rutas Gastronómicas por los barrios de Sevilla: Centro histórico.
Calle Albareda, 5. 41002-Sevilla.
Relación calidad-precio:

Presentación:

Cocina:

Servicio:

Tapa destacada: Gambas rebozadas

Otras tapas: Pavías de bacalao, fritos.

Mala   Aceptable   Buena   Muy Buena   Excelente

 

Fundada en 1939 por D. Feliciano Domínguez, natural de Villanueva del Ariscal, el negocio fue traspasado tres años mas tarde a D. Joaquín Carlos Miranda, que lo regentó hasta mediados de los años sesenta, traspasándoselo a D. Francisco Portillo, padre de los actuales propietarios: Francisco e Ignacio Portillo Rodríguez. Durante los años cuarenta y cincuenta fue lugar de encuentro de toreros, ganadores y tratantes de ganado.

Todo comenzó en una pequeña bodega de despacho de vinos en el nº 5 de la calle Albareda donde se vendían los vinos y mostos de las Bodegas Góngora de la localidad sevillana de Villanueva del Ariscal fundada en 1862. No fue hasta mediados de los años sesenta cuando comenzaron a ofrecer a su cada vez más numerosa clientela, marisco cocido, comenzando por los más económicos ((camarones, quisquillas y gambas) a la usanza de los antiguos puestos ambulantes de camaroneros que habían desperdigados por la ciudad con sus canastillas de mimbre al brazo.

Ya en la década de los ochenta, los propietarios introdujeron en su carta el pescaito frito y las famosas tapas, llegando a ofrecer el establecimiento casi un centenar de ellas. En la actualidad el grupo Góngora se ha expandido como el aceite por los alrededores de la primitiva bodega de calle Albareda. Hoy junto a la matriz, compiten en calidad y servicio, otros establecimientos del grupo que ayudan al cliente a disfrutar más y mejor de su excelente materia prima tanto en mariscos, pescados o chacinas. Junto a la Bodega Góngora de Albareda, hoy abren sus puertas «La taberna del Góngora» y «La Bodeguita Góngora» ambas anexas en la calle General Polavieja.

Los tres establecimientos cuidan su prestigio ofreciendo a los sevillanos una carta de tapas clásica y tradicional, donde prima por encima de todo la calidad en las materias primas como corresponde a una historia dedicada a servir durante más de tres generaciones a la Sevilla gastronómica. Los pescados fritos y a la plancha, los mariscos, el jamón ibérico y su extenso tapeo acompañado de los vinos del Aljarafe sevillano son su especialidad. Su cocina se adapta perfectamente al gusto del sevillano y entre sus excelencias culinarias, hay que citar ineludiblemente tres especialidades que a nuestro juicio la hacen su cata indispensable. Hablamos de su tortillita de camarones, recia, grande y sabrosísima, las pavías de bacalao, exuberantes y exquisitas, y sobre todo su imponente tapa de gambas rebozadas. Esta última, una de las mejores de Sevilla. Disponen de amplia terraza en el exterior aunque en horas puntas es difícil coger sitio.

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