GASTRONOMÍA

Tapear y comer, en la provincia de Sevilla: Pilas.

BODEGA EL CORRALÓN. Calle Juan Carlos I. 
CASA RAMÓN, «EL COTO». Calle Juan Barragán, 37. 
BAR CANASTA. Calle Antonio Becerril, 49. 
PEÑA SEVILLISTA DE PILAS. Avenida del Aljarafe, 36 
EL RINCÓN DE EU. Calle Murillo, 14. 
  Mala   Aceptable   Buena   Muy Buena   Excelente

Pilas es uno de los pueblos que merecen «parada y fonda» en nuestra ruta del mosto. Situado en la parte suroccidental de la provincia de Sevilla y a 32 Km. de su capital, posee un encanto especial, encanto que ya fue reconocido en tiempos del Imperio romano por el propio Plinio que situaba «Pilias» en el Alontigicelos y junto al río Menoba. Por entonces ya era de gran prestigio el aceite que se exportaba a Roma.

Ciertamente acceder a Pilas desde la autovía Sevilla-Huelva ya te hace presagiar la singularidad de esta zona, pues el recorrido se realiza bordeando el arroyo de Pilas, un corredor ecológico perteneciente al parque Natural de Doñana, con casi 50 variedades de plantas y un número mayor de animales. Arroyo que nace en Montilla (Huelva) y desemboca en el río Guadiamar.La viticultura en Pilas como en toda la zona del aljarafe sevillano ha formado parte importante de su actividad agropecuaria, pero sería el afincamiento en Pilas de Luis de Medina Garvey (1870-1952) el que le diera un impulso de carácter industrial a las bodegas vinícolas.

El mosto pileño llegó a alcanzar un merecido reconocimiento en toda la comarca. En la actualidad son pocos los viñedos que quedan y pocas las bodegas que elaboran y crían el preciado caldo. Pero ciertamente las que aún se conservan siguen utilizando los métodos tradicionales y el acervo vinatero trasmitido de generación en generación para ofrecernos un exquisito mosto que durante los meses de parte de noviembre, diciembre, enero, febrero y marzo se convierte en la bebida por excelencia de los pileños.

Una de estas bodegas se encuentra en la calle Juan Carlos I, en el interior de una antigua Hacienda, que junto con las torres de molino o almazaras, son un claro vestigio socio-económico y origen del poblamiento de Pilas.Es la Hacienda y la bodega conocida con el nombre de «El Corralón», cuya construcción data probablemente del siglo XVIII. Su propietario, D. Gabriel Hernández, tuvo la deferencia de atendernos, explicándonos y enseñándonos sus instalaciones, donde descansan unos 70 bocoyes y 25 botas que albergan para su fermentación el mosto obtenido de sus propios viñedos, unas 4 hectáreas de uva zalema y garnacha con la que también obtienen un mosto tinto. Ah! y por supuesto bebimos su magnífico Mosto.

Otra de las bodegas pileñas es Casa Ramón, también conocida como «El Coto» que se encuentra en la calle, Juan Barragán 37. Posee unas 1.500 cepas de la variedad zalema en la finca El Molinillo, que suele vendimiar en septiembre. Después de pasar por la prensa, el zumo fermentará entre 40 y 45 días en los bocoyes para obtener el rico mosto que pondrá directamente a la venta.Un vaso de mosto acompañado por unos taquitos de jamón ibérico es toda una gozada. El Bar Canasta de D. Pedro López López, era una antigua bodega situada en la calle Antonio Becerril, 49. Aún mantiene en su interior la prensa de husillo, el amplio ventanal por donde entraba la uva y el lagar para el vino. En la actualidad el Mosto que vende a sus parroquianos es habitualmente de Chucena. Suele servir chacina ibérica con el vino.

 

     
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