GASTRONOMÍA

Taberna del Mes: Agosto 2013. Kiosco Abilio. (Sevilla).

Todas las ciudades españolas tienen su parque, mas grande o mas pequeño, mas conocido o menos conocido. Pero hay un parque que tiene su ciudad: El Parque de María Luisa; y su ciudad no puede ser otra que Sevilla. Y en su interior, entre otros muchos edificios, glorietas, jardines, fuentes, monumentos, pabellones …, en la puerta sureste del mismo se encuentra el Kiosco Abilio.

El parque de María Luisa, eran los antiguos jardines del Palacio de San Telmo, adquirido en 1849 por los Duques de Montpensier, jardines que fueron donados en 1893 a la ciudad de Sevilla por la Infanta María Luisa Fernanda de Borbón. Inaugurándose como parque público el 18 de abril de 1914.

De todas las reformas realizadas hasta el momento la mas importante fue la que se realizó con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929 en la que el Parque se convirtió en el eje vertebrador de dicha exposición. El jardin fue remodelado por el conocido ingeniero francés Jean-Claude Nicolas Forestier, conservador del bosque de Boulogne en París. Y de entonces son también su fabulosa y famosa Plaza de España y su extraordinaria y ecléctica Plaza de América, las dos, obras del ingenioso arquitecto sevillano Anibal Gónzalez.

El Kiosco Abilio se inauguró con la Exposición Iberoamericana de 1929, por Abilio Jesús Cabrera, oriundo del norte de Portugal. Este Kiosco – bar es de los pocos que aún perviven en la Sevilla del siglo XXI y que tanto proliferaron en la ciudad del Betis a principios del siglo pasado y hasta bien entrados los años 60 y 70 de dicho siglo.

Los Kioscos – bares, eran y siguen siendo, espacios abiertos, integrados en su entorno, de construcción sencilla y ligera, casi efímera, pero elegantes. La palabra original de la que deriva es kōšk, que significa «pabellón» en pahlavi; y ciertamente son pequeños pabellones, templetes o baldaquinos. Son pequeños oasis donde degustar un buen vino, una cerveza fresquita y sus correspondientes «tapitas» y sobre todo del paisaje que rodea estos kioscos, ya que la mayoría suelen encontrarse en plazas, parques, jardines, alamedas o amplias avenidas.

El Kiosco Abilio, se encuentra en el interior del parque de María Luisa, conocido también como «parque de las palomas», detrás del Pabellón Real. Abilio Jesús, su fundador lo regento hasta su muerte en el año 1961, tuvo tiempo de ver como su kiosco, fue aguador y vestuario de los balompedistas de la Sociedad Sevilla Balompié, que no es otro que el actual Real Betis Balompié. Pero también escucho el rugir y vio el paso de las motos que desde la década de los 50 corrían en el circuito urbano de motocicletas del Parque de María Luisa y que pasaban justo frente a su kiosco.

Y aunque falleció joven (51 años), seguro que sirvió, muchas limonadas, cervecitas y copas de vino a las parejas que por entonces daban largos paseos por el parque, buscando el momento y la ocasión de poder demostrarse sus enamoramientos. Eso sí, sin que te vieran los guardas del parque, que prestos hacian sonar su silbato para que los arrumacos terminaran pronto, si no querían ser multados o algo peor. Ah! las cosas de la represión franquista y del nacional catolicismo de la época.

Tras su fallecimiento el establecimiento fue regentado por su hija Concha, hasta el año 2002 y desde entonces ha pasado dicha regencia a los hermanos Daniel y Jesús González, convirtiéndose así en la tercera generación que esta al frente de este negocio.

Ha sufrido dos reformas, la primera en 1959 y la última en el año 2000. En diciembre de 2006, el Kiosko Abilio fue premiado junto a otros establecimientos comerciales de Sevilla que tenían más de 50 años de antigüedad.

A parte de los tres mostradores que cierran el kiosco, cuenta también con una amplia, sombreada y confortable terraza, en el marco incomparable de tranquilidad y naturaleza que ofrece el parque de María Luisa.

Un rincón ideal donde compartir con la familia, los amigos, en pareja y porque no, solo también, una buena y refrescante cervecita o un delicioso vino, que se puede y se debe acompañar con alguna de las tapas de su variada carta.

Su especialidad, el menudo, las espinacas y la caldereta de carrillada. Su extraordinario «pescaíto frito» (gambas, calamares, adobo). También tienen para cuando aprieta el calor, un delicioso salmorejo, un buen tomate aliñado o unas exquisitas «papás aliñas».

Y como estamos en el parque y es muy propio ir acompañados de chiquillos, nada mejor para ellos que un buen vaso de gaseosa con alguno de los montaditos que se exhiben en la pizarra: Carne Mecha, tortilla española, pringá, caballa, queso, jamón. En temporada no faltan los caracoles y las cabrillas, tanto para consumirlas en el sitio, como para llevárselas.

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