LITERATURA

Febrero 2005: «La mirada del hombre», de Juan Rejano.

Título: La mirada del hombre.

Autor: Juan Rejano.

Aprendieron los pájaros tu nombre en cada esquina,

de tanto alzar los ojos y jugar con las nubes.

J.R.


 

Tras múltiples lecturas y paseos «literarios» por las librerías de la ciudad, cada vez es más difícil elegir cuál será el próximo libro que devorarán nuestros ojos. Las estanterías son alfombras de novedades que algunas veces te pueden sorprender gratamente y otras, muchas otras, decepcionarte. Es por ello por lo que uno trata siempre de apostar por lo seguro y no aventurarse a comprar algo de lo que luego pueda arrepentirse. Así escuchamos consejos, recurrimos a referencias de especialistas y críticos y, entonces, decidimos.

La recomendación de www.apoloybaco.com este mes es todo lo contrario. La mirada del hombre llegó a mi biblioteca de una manera mágica y que recuerdo – un paseo sin rumbo, sin apenas dinero, un viejo vendiendo libros sobre una mesa de playa a 100 pesetas, …- Y entonces descubrí uno de los mejores poetas españoles de los últimos tiempos. La mirada del hombre es la antología poética del cordobés Juan Rejano, compendio de poemas de todos los libros que fue forjando en su exilio en tierras mexicanas.

Desde esta página, más que recomendar este libro, queremos recomendar al poeta. Cualquiera de sus libros son un tesoro para los amantes de la poesía y para la literatura.

 

Juan Rejano nació en Puente Genil (Córdoba) en 1903, donde inició sus estudios y comenzó su afición a la música; afición que le llevó a ser un gran violinista en el futuro. En Madrid prosiguió sus estudios y comenzó a publicar sus primeros textos en diversas revistas literarias. Su amistad con otros literatos de la época (Emilio Prados, Altolaguirre,…) fue dirigiendo su vocación literaria a buenos puertos. Tras la guerra de España contra Marruecos marchó a vivir a Málaga un tiempo, para volver posteriormente a Madrid hasta la guerra, donde su posición en el bando republicano -ejerciendo de periodista- lo obligó al exilio en 1939.

Un breve tiempo en Francia y finalmente en México fueron su destino, este último hasta el final de su vida en 1976. Allá fue donde desarrolló toda su carrera literaria. En España apenas había publicado algunos poemas en revistas y en México escribió y editó más quince libros de poesías, entre los que podemos relacionar Memorias en llama (1939), Fidelidad del sueño (1940-1941), El Genil y los olivos (1944), Fulgor violento (1947), El oscuro límite (1948), Noche adentro (1949), Oda española (A Dolores Ibárruri) (1949), Cantar del vencido (1954), Libro de los homenajes (1961) o La tarde (1975).

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