LITERATURA

Mayo 2008: «Crematorio», de Rafael Chirbes.

Título: Crematorio.

Autor: Rafael Chirbes.

«Hace milenios que se destruye esta tierra.

No queda ni un rincón que no haya sido violado»

 


 

Hacer frente a la realidad, a la durísima y cruda realidad de la corrupción alrededor del mundo del ladrillo en España, no es tarea fácil, y aún más si se realiza con calidad literaria, con claridad absoluta -amarga, pero absoluta- y con un sentido de la novela impecable como lo hace el escritor Rafael Chirbes en su novela Crematorio. Y es que Chirbes encara este tema como argumento central de su texto, concretamente el terror urbanístico ejercido en el levante español durante los últimos años.

Alrededor de la muerte de Matías Bertomeu, un ideólogo que cambió la revolución por la agricultura, aparecen y desaparecen personajes que reconstruyen sus propias historias personales, historias que entrelazadas dan sentido a una novela fresca, realista, dura y descarada. Personajes como Rubén, el hermano de Matías, constructor sin escrúpulos de Levante, que arrasa urbanísticamente Misent, el pueblo natal de ambos -su monólogo representa la continuidad de la novela- o como Silvia, la hija de Rubén, restauradora de arte casada con Juan Mullor, un catedrático que prepara la biografía de Federico Brouard, viejo amigo de los Bertomeu, un escritor alcohólico que vive el fracaso de sus últimos días, o como Ramón Collado, hombre que hizo los trabajos sucios del constructor, alcoholizado y obsesionado con una prostituta rumana protegida por el jefe de un clan de la mafia rusa, o como la «bella» Mónica, la joven esposa amante de la música de moda y las clínicas estéticas. Todo un panorama de ambiciones que refleja fielmente esa sociedad enmascarada donde la destrucción del paisaje se utiliza en beneficio propio.

Chirbes apuesta por la palabra, por el arte, por la literatura como alternativa radical para que el lector conozca y reconozca otras realidades no tan lejanas de su entorno. Una vez escuché, en la presentación de un libro, a un gran poeta decir que parecía mentira que un ladrillo, teniendo casi el mismo tamaño que un libro, moviera tanto dinero y tanto poder como lo hace. Es hora de que apostemos por lo contrario: Crematorio es uno de esos libros absolutamente necesarios, una novela de las que hace pensar en la novela.

 

Rafael Chirbes nació en Tabernes de Valldigna (Valencia), en 1949. Estudió Historia Moderna y Contemporánea en Madrid, se dedicó a la crítica literaria durante algún tiempo y posteriormente a otras actividades periodísticas. Es autor de libros como «La larga marcha», «Los viejos amigos» o «La buena letra».

Comparte