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| Nombre | Domicilio |
HBYDavid Rodríguez.  |
C. Antonio Machado, 33 |
Mala Aceptable Buena Muy Buena Excelente.
El poblamiento de la comarca de Los Alcores es muy antiguo. Los primeros asentamientos datan del Calcolítico por los numerosos restos encontrados, y existen yacimientos prehistóricos que demuestran la ocupación continuada de la zona desde el Paleolítico Final. Más tarde, en el Neolítico, se establecieron pequeños poblados para explotar la riqueza agrícola de la vega. También se han encontrado abundantes restos del inicio de la Edad de los Metales como grandes tumbas megalíticas y restos cerámicos de vasos campaniformes.
Los principales restos arqueológicos señalan la importancia de la comarca en la Edad del Bronce, localizándose asentamientos de cabañas aprovechando las fuentes naturales que manan en las laderas de los Alcores. El Tesoro de Mairena encontrado por el vecino Andrés Morales atestigua la presencia de Tartessos durante el I milenio. La influencia de los pueblos colonizadores fenicios y griegos se demuestra en el desarrollo de la agricultura y el comercio de los metales, la decoración cerámica y los restos funerarios.
A partir del s. VI a.C., la civilización ibérica consigue desarrollar la explotación agraria de la vega y comerciante con griegos y cartagineses. La escultura del Sileno es una buena muestra del contacto con los pueblos orientales. Este busto del dios del vino, de influencia griega, se encontró en e lyacimiento de las Peñuelas. En época romana se establecen diversas «villae», cortijos y edificaciones rurales que explotaban las fértiles tierras de la vega, de los que quedan numerosos restos. Durante la época visigoda y musulmana muchas de estas “villae” continuaron activas. Su nombre puede derivar del árabe Maharama, que es un conjunto de granjas de esta época.
Durante el periodo de Al-Andalus se construyó el castillo que aún se conserva.La conquista cristiana fue llevada a cabo por Fernando III en el año 1247. Alfonso XI cedió Mairena del Alcor al duque de Osuna en el año 1342. Éste construyó en la villa su palacio. Más tarde pasó a manos del marqués de Cádiz, Rodrigo Ponce de León, que reconstruyó el castillo.