GASTRONOMÍA

Febrero 2009: Bodega Vargas.

Rutas Gastronómicas por los barrios de Sevilla: Triana.
Calle Rodrigo de Triana, 8. 41010-Sevilla.
Relación calidad-precio:

Presentación:

Cocina:

Servicio:

Tapa destacada: Pescado frito.

Otras tapas: Tortillita de camarones, mejillones al vapor.

  Mala   Aceptable   Buena   Muy Buena   Excelente

 

Situada en la calle Rodrigo de Triana, 8, la Bodega Vargas es un magnifico rincón culinario lleno de embrujo trianero. Fundada en 1951, como tantas otras bodegas de mediados del Siglo XX, solo se servían vinos a granel o en vasos. Con el paso de los años evolucionó de acorde a los nuevos tiempos y dada la creciente demanda, pasó en 1986 a convertirse en una bodega con amplitud de miras. Desde entonces al vino le acompaña una magnifica cerveza, muy fría, muy bien tirada y servida en unos finísimos vasos semejantes en anchura a las antiguas «macetas» aunque algo más recortado. Por la Bodega Vargas han pasado y pasa prácticamente toda Triana. Su local, aunque muy pequeño, permite la suficiente comodidad como para que el tapear no sea cosa de equilibristas.

Vargas, su propietario, es un hombre amable, muy profesional y amante de su negocio y de su profesión. Sevillista hasta la médula, la bodega está llena de símbolos del club de Nervión, algo que él luce con orgullo junto a las réplicas de los ultimos títulos conseguidos por el club decano de la ciudad, el Sevilla Fútbol Club.

La Bodega Vargas está situada en una calle muy trianera, Rodrigo de Triana: la calle que da nombre al personaje que gritó ¡Tierra! al avistar primero el continente americano el 12 de octubre de 1492 desde su puesto de vigía en la carabela «La Pinta». Su memoria está recordada en La escultura levantada en la calle Pagés del Corro en su confluencia con calle Génova y es obra del escultor José Lemus y fechada en 1973.

Ese corazón rojiblanco de Vargas no impide que por su bodega, donde lógicamente se habla de fútbol, como en casi todos los bares de Sevilla,  acudan clientes que sienten en verdiblanco. Aquí la tolerancia, la amistad y la guasa  sevillana, está reñida con la violencia. La sana rivalidad entre los dos equipos está siempre presente en sus animadas tertulias futbolísticas.

Desde el punto de vista gastronómico, a la Bodega Vargas le avalan, además de su fiel clientela llegada, como nosotros, desde otros puntos de Sevilla, el haber sido galardonada en 1996 con la prestigiosa en su época, «Orden de la Tapa Sevillana» y seleccionada entre los 24 mejores bares de «tapeo» de Sevilla. Y damos fe, que doce años  después, la Bodega Vargas sigue fiel a ese espíritu de su propietario de ofrecer calidad a buen precio.

En su carta hay evidentemente un guiño a Sanlúcar de Barrameda. Sevilla y Sanlúcar se unen aquí en un abrazo marinero y el resultado es una fritura de pescado magistral. Gambas fritas y cocidas, chocos y calamares, puntillitas y cazón, boquerones y pijotas se unen aquí en un excelente marco al que le acompaña una magnifica manzanilla, embotellada o a granel. Damos fe que el pescao frito de la Bodega Vargas, las tortillitas de camarones y sus mejillones (clochinas en la tierra de mi amigo Vicente) son excelentes.

 

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