GASTRONOMÍA

Bar Carolina.

Rutas Gastronómicas por los barrios de Sevilla: Nervión – La Buhaira.
Calle Avión Cuatro Vientos, esquina Diego Mártinez Barrios. 41005 Sevilla.
 
Relación calidad-precio:

Presentación:

Cocina: 

Servicio:

Tapa destacada: Cabrillas en salsa.

Otras tapas: Caracoles.

Mala   Aceptable   Buena   Muy Buena   Excelente

 

En la esquina de la Avenida Diego Martinez Barrios con la calle Avión Cuatro Vientos se localiza uno de los bares que más demanda de caracoles y cabrillas tiene por la zona de la Buhaira. Estamos hablando del Bar Carolina, aunque todo el mundo en el barrio lo conoce por el Bar Caracoles.

A simple vista ni su decoración, ni su presencia llama la atención. Aparentemente es un bar mas de los cientos que proliferan en Sevilla, pero en su interior aguarda uno de los mejores guisos de cabrillas con tomate (los caracoles son en el verano) de los que hemos visitado. Nada más cruzar el umbral del bar, a la derecha, un cartel enmarcado avisa de que el bar fue galardonado en 1992 con el «Diploma de Honor de la Asociación Andaluza de catadores de caracoles y gasterópodos» como uno de los templos donde era preciso degustarlos.

Nuestra visita una mañana de Marzo de 2008 fue muy temprano, tanto que cogimos a su propietario, D. Juan González Jiménez, preparando el guiso de cabrillas del día. A falta de caracoles por la fecha, pedimos una tapa de cabrillas y mientras nos la servían, el propietario del bar nos decía que salían directamente a diario cuatro o cinco ollas de cabrillas. El establecimiento también prepara las cabrillas para llevar en tarrinas al domicilio. Una pizarra anuncia en la fachada del bar que las cabrillas son de Lebrija, cosa que cierta o no, no desmerece en absoluto el producto final.

Nos decía su propietario que en verano el bar nutre de caracoles no solo al barrio sino que tiene muchísimos clientes de toda Sevilla. Y por fin llegaron las cabrillas a la barra del bar. La pinta era excelente, el color del guiso adecuado y el tamaño de las cabrillas algo grandes en nuestra opinión para ser las autenticas cabrillas de Lebrija, pero no vamos a contradecir lo que no podemos demostrar.La cata de cabrillas corroboró la primera impresión y estaban extraordinarias. Justas de pique, salsa sabrosísima donde mojar el pan, limpias y con las gaitas fuera. Volveremos en verano a probar los caracoles.Su actual propietario es Baldomero Monclova, quien desde 1994 regenta este negocio heredado de su padre, D. Francisco Monclova quien poseía en la primera mitad del Siglo XX, una bodega de vinos de Cariñena, en la cercana calle de Juan de Lugo y al mismo tiempo ostentaba la dirección comercial en Sevilla del famoso Ponche Caballero, una bebida que se hizo muy famosa en su época.

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