GASTRONOMÍA

Plaza de Abastos de la Calle Feria.

Rutas Gastronómicas por los barrios de Sevilla: Macarena – Calle Feria – Mercado de Abastos.
Calle Fería s/n. 41002 Sevilla.
 

 

Desde sus mismos orígenes Sevilla fue centro neurálgico tanto social como económicamente en el comercio internacional. Ya desde sus inicios castellanos aparecieron las tres señas de identidad de cualquier ciudad medieval: las tiendas, el mercado y la Feria anual, habitualmente de ganado. En cuanto a los mercados, estos se localizaban en torno a la Catedral y en dirección al río, y en ese entorno se localizan la Alcaicería, la Aduana y ya más adelante, en el siglo XVI, la Casa de la Contratación, la Lonja de Mercaderes y el Almojarifazgo de Indias.

El abastecimiento de la ciudad se desarrolló, en razón de la extensión de la misma, en varios puntos alejados entre sí como la Alhóndiga del pan, el Alfolí de la Sal, y el Mercado del Aceite. En el siglo XIII el principal mercado de la ciudad estaba situado entre las collaciones del Salvador y San Isidoro, ocupando, en parte, las inmediaciones de la primitiva mezquita y alcaicería andalusí. Tras esa primigenia concentración de mercancías, fueron paulatinamente apareciendo instalaciones de abastecimiento en distintos puntos de la ciudad, siendo el primero y más famoso, todavía hoy en uso, el aledaño a la Parroquia de Omnium Sanctorum, la Plaza de Abastos de la calle Feria.

Esta plaza de origen medieval, abastecía a toda la zona norte de la ciudad y lleva abierto desde 1719, aunque es desde 1837 cuando se desarrolló plenamente ocupando la antigua Casa-Palacio de los condes de Montijo, propiedad de Dª María del Amparo Melero y posteriormente propiedad de los Marqueses de La Algaba. Parte de los terrenos de ese marquesado,  es adquirida por el Ayuntamiento sevillano para construir en las 6000 varas de terreno que ocupaba el palacio, el Mercado de Abastos de la calle Feria. Una Plaza de Abastos con solera y la más antigua que aun hoy funciona como tal en la ciudad y que todavía conserva a pesar del tiempo y de los cambios de tendencia en los comportamientos del abastecimiento ciudadano un sabor especial, especialmente los sábados donde acuden centenares de vecinos del barrio en busca de alimentos.

El Mercado de la Feria se construyó justo al lado de la Iglesia de Omnium Sanctorum y delante de la imponente fachada del Palacio en lo que hoy es la Plaza de Calderón de la Barca, un edificio que fue hogar de decenas de familias hasta mediado el Siglo XX y que hoy ha sido felizmente recuperado para la ciudad -se ubica allí un Centro Cívico- y que posee una de las mejores muestras de la arquitectura Civil sevillana en la portada Gotico-Mudejar que da a la citada plaza Calderón de la Barca. Y el tercer elemento arquitectónico, unido desde siempre al Mercado de la Feria, es la Iglesia Parroquia de Omnium Sanctorum, donde tiene su camarín la más bonita imagen de las Hermandades de Gloria de Sevilla y Señora protectora de los feligreses del barrio: La Virgen Reina de Todos los Santos. En esa queridísima parroquia se casaron un 29 de Octubre de 1952, D. José Vázquez Peláez y Dª Dolores Cruz Román, mis padres y en su pila bautismal hemos sido bautizados sus tres hijos: Antonio, José y Eduardo.

Ambos regentaron entre 1948 y 1988 (cuarenta años) un pequeño puesto de golosinas que dio de comer a la familia en unos tiempos muy duros. Cuando llegaba el verano el puesto ampliaba su oferta a la venta de los higos chumbos, una exquisita fruta veraniega que tenía en aquella época una autentica legión de seguidores y que mis padres preparaban como nadie. La relación de mi familia con la Hermandad de Todos los Santos continua en la actualidad con la pertenencia, en varias etapas, de mi hermano, Eduardo Vázquez al Consejo de Gobierno y en la actualidad con mi sobrino, Alejandro Vázquez Sempere en el Grupo joven de la Hermandad.

La Iglesia de Omnium Sanctorum acoge en la actualidad a la Hermandad de Los Javieres y a la del Carmen Doloroso. Antiguamente también llegó a salir la Hermandad de la Cena. Y algo que no todo el mundo sabe, es que la Cofradía más antigua de Sevilla, la de la Hermandad de la Santa Cruz en Jerusalén, conocida popularmente como «El Silencio» se fundó e hizo su primera Estación de Penitencia en la Parroquia de Omnium Sanctorum.

Volviendo al Mercado de la Feria, es conveniente decir que durante sus más de 150 años de vida, ha tenido como es lógico y natural, varias reformas importantes que le han ayudado a que haya llegado al Siglo XXI en buenas condiciones a pesar de que ha sufrido a lo largo del tiempo algunas agresiones naturales como la riada de 1964 que anegó toda la zona de la Alameda de Hércules y sus aledaños durante varios días.Sus cuarteladas, puestos y tiendas se extienden por un amplio espacio que ocupa prácticamente toda la Plaza de Calderón de la Barca.

A principios de los años sesenta y durante esa década y la posterior, los puestos de frutas y verduras ocupaban incluso la citada plaza, e incluso la anexa calle Amargura y por aquélla época era muy concurrida.Recuerdo que era un verdadero espectáculo escuchar las voces de los pregoneros anunciando su mercancía. En la actualidad el mercado de Abastos de la calle Feria está en una nueva fase de remodelación, la última tuvo lugar en 1982 siendo alcalde de Sevilla, el socialista Manuel del Valle Arévalo.

 

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