JAZZ

Disco del Mes-Enero 2013: “Groovin’ High», de Dizzy Gillespie.

La mayoría de los temas aquí recogidos, constituyeron las primeras muestras grabadas del bebop, la «nueva música de jazz» que contribuyó de manera decisiva el desarrollo de lo que hoy, casi un siglo después, conocemos como «jazz moderno». Esta música venía incubándose desde el principio de los años 40 en las jam sessions que se desarrollaban en el Minton’s Playhouse y otros clubes y garitos de Harlem. Allí, en el corazón negro de la «gran manzana», se reunian algunos de los músicos que le dieron cuerpo a esta nueva manera de entender y tocar jazz: Thelonious Monk, Charlie Christian, Kenny Clarke, Bud Powell, Charlie Parker y Dizzy Gillespie.

Sobre el támden Parker-Gillespie, se moduló las nuevas perspectivas del jazz. Gillespie venía de tocar, con una personalidad ya contrastada y consolidada, con las orquestas de Teddy Hill, Lionel Hampton, Cab Calloway y Lucky Milender y ya había superado, en técnica y potencia, a su maestro Roy Eldridge, un músico clave para entender la transición entre la trompeta de swing y la de bebop. En 1945, fecha en que se inician estas grabaciones, Dizzy Gillespie había alcanzado un absoluto dominio de sus recursos técnicos con la trompeta, y poseía esa poderosa facultad sonora que junto a su creatividad y originalidad en sus solos, había levantado la admiración entre sus compañeros de profesión.

Las grabaciones recogidas en este soberbio disco, tuvieron el efecto de una bomba de neutrones e iniciaron el camino para todo lo que vendría después en la música de jazz. Y Dizzy Gillespie y Charlie Parker, fueron los máximos responsables de ese cambio de rumbo que le ha dado al jazz gran parte de su gloria y trascendencia en la cultural musical de la humanidad. El entendimiento entre ellos, tanto en sus exposiciones al unísono, como en sus solos, es de un nivel insuperable y las vertiginosas subidas al agudo y las ráfagas de notas de sus trompeta, se complementaban extraordinariamente con el fraseo veloz y desgarrado de Bird. En el tema que da título al álbum, así como en el maravilloso «Dizzy Atmosphere», en el fenomenal «All the things you are» o en el divertido y excéntrico «Salt Peanuts», se puede oir la música de dos genios improvisando.

El disco también recoge algunas grabaciones de los inicios de su gran orquesta, una big band prodigiosa a la que Dizzy aportó los conceptos y lenguaje del bebop. La aportación de algunos extraordinarios solistas, como el contrabajista Ray Brown o el saxo tenor James Moody, y la impagable aportación de los arreglistas Tadd Dameron, George Russell o Walter Gil Fuller, ayudaron notablemente al éxito de una de las mejores y modernas big band de la historia del jazz.

La aportación de Dizzy Gillespie al jazz, como trompetista y compositor, fue extraordinaria. Si se le une a ello, el hecho de su capacidad para transmitir alegría y vitalidad, algo consustancial con su personalidad dentro y fuera del escenario, obtendremos las claves del éxito de un virtuoso creador, de un inventor de sonidos que supo imponerse a las leyes establecidas en el jazz hasta entonces.

LOS MÚSICOS LOS INSTRUMENTOS FICHA TÉCNICA
Dextor Gordon Saxo tenor Sello discográfico: SAVOY
Frank Paparelli, Clyde Hart y Al Haig Pianos Número de serie: SV-0152
Chuck Wayne Guitarra Fecha de grabación: 1945-1946
Murray Shipinsky, Slam Stewart y Ray Brown Bajos Lugar de grabación: New York
Shelly Manne, Cozy Cole, Sid Catlett y Kenny Clarke Baterias Calificación: 5* sobre 5.
Charlie Parker y Sonny Stitt Saxos altos
Milt Jackson Vibráfono
Dizzy Gillespie Trompeta y líder

 

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DIZZY GILLESPIE AND HIS BIG BAND

Una tipica jam sesion en estudio dio como resultado este disco considerado unanimemente una obra maestra absoluta e indiscutible.

Adrenalina de la buena y en cantidad para una autentica sesión de jazz en estudio, en el que los músicos dan todo lo que lleva dentro. Uno de los grandes discos de Dizzy y Stan Getz.

A principios de 1953, la «New Jazz Society» de Toronto, en Canadá, organiza un concierto con los mejores músicos de jazz escogidos por votación de sus socios.

Fueron seleccionados para tocar en el Teatro Massey Hall, de Toronto: Charlie Parker, al saxo alto, Dizzy Gillespie, a la trompeta, Bud Powell, al piano, Charles Mingus, al contrabajo, y Max Roach, a la batería.

La orquesta de Dizzy Gillespie, tomó el relevo a los combos bopers de la epoca. La carrera en solitario con su bigband, una vez que los músicos que abanderaron el bebop soltaron amarras y eligieron su propio destino fue espectacular.

La influencia de Dizzy Guillespie en la evolución de la música cubana hacia el jaz fue tremenda y Chano Pozo, el congero, su alter ego en la isla caribeña.

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DIZZY GILLESPIE

John Birks Gillespie, fue el menor de los nueve hijos de una familia donde su padre, albañil de profesión, tocaba el piano en una orquesta de aficionados. Su primer instrumento fue el trombón pero desistió pronto dada la corta longitud de sus brazos, lo que le impedía alcanzar todas la notas. A los catorce años empezó a practicar con una trompeta de un vecino y su afición por el que sería el instrumento donde paso a la gran historia del jazz comenzó en serio hasta conseguir una beca para estudiar armonía y teoría musical en el Laurinburg Institute de Carolina del Norte. Tras instalarse su familia en Filadelfia en 1935, obtuvo un puesto en la orquesta de Frank Fairfax, donde por aquel tiempo tocaba el dotado trompetista, Charlie Shavers, quien compartía trío además con un ídolo del propio Gillespie: Roy Eldridge. Como tantos otros jóvenes, Gillespie se fue a New York y allí conectó con la orquesta de Teddy Hill, y en una sesión de pruebas de la orquesta, y dado su carácter alocado, Hill le puso el sobrenombre que ya nunca le abandonaría de por vida y por el que sería conocido en la historia del jazz «Dizzy» que quería decir «alocado»·

Su estreno con la orquesta de Teddy Hill, consistió en una gira europea en 1937 y allí ejecutó su primer solo en el tema «King Porter Stomp» dando pruebas en aquel entonces, de una gran inmadurez musical. A su regreso a New York, la banda firmo un contrato en la famosa sala «Savoy Ballrom» y las cosas comenzaron a ir mejor, sobre todo con la inclusión en la banda del batería, Kenny Clarke. Es en 1939, cuando Dizzy tiene su primer encuentro jazzistico con auténticos pesos pesados del jazz, como el vibrafonista, Lionel Hamptom, el saxo alto, Benny Carter, y tres formidables saxos tenores: Coleman Hawkins, Ben Webster y Chu Berry. El resultado fue que su estilo llamó la atención de aquellos músicos que le pronosticaron un futuro prometedor. Al tiempo, su jefe, fue nombrado manager del celebre club «Myntons Playhouse», localizado en los bajos del Hotel Cecil en la calle 118 Oeste de Harlem. Un hecho que mas adelante cobraría un enorme significado, en la historia de Dizzy y en la del jazz.

Recomendado por el trompetista cubano, Mario Bauzá, Gillespie entró a formar parte de la orquesta de Cab Calloway donde nunca se encontró a gusto, dado el estilo de música que hacia el excéntrico showman. Pero el hecho que le cambió la vida y la música a Gillespie, fue el primer encuentro con el saxo alto, Charlie Parker, su autentico «alter ego». Tuvo lugar en Kansas City, cuando ambos pasaron a formar parte de la banda de Earl Hines, a principios de 1943. Allí empezaron a elaborar música de gran calidad y con una estética muy próxima a lo que muy pronto se llamaría bebop. En 1944, la Calle 52 de New York, se había convertido en la Meca del jazz, y en menos de dos manzanas, había nueve clubes que ofrecían música de alto nivel y además el Minton’s, seguía en pleno auge, celebrando históricas jam session, animadas por el grupo del batería, Kenny Clarke, el saxofonista, Don Byas, el pianista, Thelonius Monk y como no, Dizzy Gillespie y Charlie Parker, que venían desarrollando el nuevo idioma musical.

Al tiempo que el bebop germinaba en los sótanos de Harlem, el que fuera vocalista en la orquesta de Earl Hines, Billy Eckstines, se lanza a la aventura de lanzar su propia orquesta y la convierte en la primera bigband del bebop. Dizzy fue su director musical y en ella se encontraban algunos de los jóvenes valores del momento: Charlie Parker al saxo alto, la cantante Sarah Vaughan, el saxo tenor, Gene Ammons, el batería, Art Blakey, etc. La orquesta de Eckstine era el laboratorio ideal para los boppers en busca de trabajo pero pronto Dizzy la abandonó en busca de aventuras musicales mas reducidas. Así forma un cuarteto con el contrabajista, Oscar Petifford, para cumplir un contrato en el club «Onyx» y en aquélla época, justo en 1945, Gillespie estaba consolidándose como la estrella del nuevo movimiento musical. Dizzy era de ideas fijas y siempre tuvo entre cejas la idea de formar su propia orquesta que formó en 1946 con la ayuda de varios músicos que creían en su proyecto. En 1947, la revista «Metronome» le nombró mejor trompetista del año, por delante de su ídolo, Eldridge y la RCA le ofreció un sustancioso contrato. Por aquélla época y dada la afición de Dizzy por los ritmos caribeños, llevó a su banda por aquellos derroteros grabando entre otros grandes éxitos, el celebérrimo «Manteca».

Se va a Europa de gira en 1948 y a la vuelta es asesinado en Harlem su percusionista, Chano Pozo. Disolvió la banda en 1950 y sus pasos se dirigen hacía las grabaciones en estudio con Charlie Parker, Bud Powell, Monk y otros músicos afines grabando una serie de discos magníficos. En 1953 participa en Toronto en el conocido concierto del siglo en el Massey Hall junto a las grandes estrellas del bebop, Charlie Mingus incluido, que grabaría aquélla histórica sesión para su recién inaugurado sello «Debut». Actúa en el primer festival de Newport, imparte enseñanzas en la «Lenox Shool of Music». Las giras con la JATP de Norman Granz, se suceden y en 1956, el Departamento de Estado, le confía la labor de actuar como embajador musical de los EE.UU. por Oriente Medio, Grecia, Yugoslavia y finalmente Sudamérica en una banda formada expresamente para la ocasión y en que Quincy Jones y Norman Granz, le ayudan a organizarla hasta el punto de que alguna vez declaró que aquélla banda fue la mejor que tuvo.

Los sesenta y la bossa nova también llamó la atención de Dizzy que incluiría algún tema en su repertorio. En los setenta forma parte de los «Giants of Jazz» formación estelar reunida por el productor, George Wein, para una serie de giras. Su actividad fue decayendo con los años pero todavía tuvo tiempo de grabar en 1989 un interesante disco a dúo con el batería, Max Roach, en un concierto en Paris. Dizzy Gillespie, murió en 1993 y con su muerte se perdió a un inigualable instrumentista que con una destreza superlativa, consiguió personalizar un fraseo cargado de arabescos y apoyado en la que fue una nueva forma de enfocar la armonía. De su pluma han salido temas tan famosos como «Salt Peanuts»; «Groovin’ High»; «Be-Bop»; «A Night in Tunisia» y muchísimas otras extraordinarias composiciones que han dado larga gloria al jazz. Dizzy Gillespie hizo y hace feliz a mucha gente con su música.

 

Temas del disco

Duración

Blue ‘N’ Boogie 3,00
Groovin’ High 2,40
Dizzy Atmosphere 2,45
All the things you are 2,52
Salt Peanuts 2,20
Hot House 2,27
Oop Bop sh’ bam 3,06
That’s Earl Brother 2,55
Our Delight 2,40
One Bass Hit -part 2. 2,46
Things to come 2,47
Rays idea 3,09
Emanon 3,11
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