JAZZ

Disco del Mes-Noviembre 2019: «Autumn in New York», de Chet Baker.

350 baker 2019Estamos en Noviembre, el mes del jazz cubierto bajo las nubes, y donde la lluvia arrastra las últimas hojas de los árboles que nos anuncia la presencia del otoño, esa estación con tanto sabor a jazz y que nos deja algunas obras magistrales en forma de baladas inolvidables.

Una de ellas, probablemente la más versionada de toda la historia del jazz, sea “Autum in New York”, la estupenda composición de Vernon Duke estrenada en el verano de 1934 en Westport, Connecticut. Han sido decenas de músicos y cantantes de jazz, que la han incluido en su repertorio, y entre todas ellas, podemos destacar las de Charlie Parker, Billie Holiday, Bing Crosby, Sarah Vaughan, Bill Evans, Stan Kenton, Sheila Jordan, Louis Armstrong con Ella Fitzgerald, y sobre todo tres versiones extraordinarias, la primera de Frank Sinatra en 1949, que estuvo durante 27 semanas liderando las listas de éxitos en los EEUU; la segunda, la legendaria versión del guitarrista Tal Farlow, grabada el 15 de noviembre de 1954, sólo un día antes de nacer el autor de esta página, y por último, la no menos estupenda versión, tanto instrumental como vocal, del trompetista y cantante Chet Baker, que viene incluida en el álbum del mismo título que os recomendamos este mes, y que fue interpretada por primera vez por Chet Baker, en las famosas sesiones del Pathé-Magellan Studio, de París, grabadas entre septiembre de 1955, y abril de 1956 para el sello Barclay y recogidas en una caja compacta de altísimo nivel jazzístico de 4CD’s.

La elección de este disco para ser nuestra recomendación del mes de noviembre, tiene un doble motivo: en primer lugar, porque en este año de 2019, le estamos dedicando este espacio, a los, y, a las cantantes de jazz menos conocidos por el público, y, en segundo lugar, porque a Chet Baker todavía, a pesar de ser uno de los grandes músicos de la historia del jazz moderno, no había aparecido en esta sección del “disco del mes” de Apoloybaco.

boxset chetbaker 290 2Además del tema que le da título al álbum, el disco tiene otras gemas preciosas que forman parte del ideario musical de Chet Baker a lo largo de su carrera y que, de manera recurrente, ha ido interpretando en sus numerosos conciertos; hablamos, por ejemplo, de “Angel Eyes”, una canción popular de 1953 compuesta por Matt Dennis, con la letra de Earl Brent. F, o “My Old Flame”, una preciosa melodía de Arthur Johnston, y que la orquesta de Duke Ellington hizo famosa en 1934, cuando la cantó la popular Mae West en el Cotton Club de Harlem. Otro de los momentos cumbres de este álbum que os recomendamos, es la maravillosa versión de “Goodbay”, una canción compuesta en 1934 por Gordon Jenkins, y que solía utilizar la orquesta de Benny Goodman como cierre de sus conciertos.

Chet Baker fue, para muchos aficionados al jazz, entre los que me cuento; el mejor trompetista blanco que ha conocido el jazz. Tenía un sonido pleno de vitalidad, poderoso y claro, y en sus comienzos estuvo apoyado plenamente por Charlie Parker, quien tras contratarlo después de una audición en California, advirtió a Miles Davis, de la calidad y del virtuosismo de aquél aparente joven de la Costa Oeste. Formó junto al saxofonista barítono Gerry Mulligan, una sociedad jazzística muy atrevida, que consistía, fundamentalmente, en la desaparición del piano en su cuarteto, y potenciar la línea de vientos con Baker al mando. Juntos grabaron algunas obras maestras imperecederas del jazz moderno.

Tras su ruptura con Mulligan, por razones económicas, Chet Baker viajó en 1955 por primera vez a Europa, y ahí empezó su calvario con las drogas. Fue arrestado en Italia y Alemania, y cuando regresó a los EE.UU, sufrió una emboscada y recibió una enorme paliza que le destrozó completamente la dentadura. Se llevó años sin poder tocar la trompeta y cuando se recuperó, con doloroso esfuerzo, Dizzy Gillespie le consiguió un contrato de dos semanas en el club Half Note de New York, desde donde relanzó nuevamente su carrera. En la última etapa de su vida, Baker grabó decenas de excelentes discos, principalmente para sellos europeos, y el público pudo comprobar que su música, no se había resentido ni un ápice. Murió joven, con 58 años, el 13 de mayo de 1988, en misteriosas circunstancias, todavía no aclaradas, en un hotel de Ámsterdam.

Que disfrutéis de esta música, amigos y amigas. Feliz otoño.

LOS MÚSICOS LOS INSTRUMENTOS FICHA TÉCNICA
Russ Freeman. Piano. Sello discográfico: CASTLE
Carson Smith. Bajo. Nº de serie: PIESD221
Bob Noel. Batería. Fecha de grabación: Noviembre de 1955.
Chet Baker. Trompeta, voz y líder. Lugar de grabación: Paris.
Nºº de temas: 17
Calificación: 4 sobre 5.

 

OTROS DISCOS RECOMENDADOS DE CHET BAKER.

 

CHET IN PARIS

FEATURING RUSS FREEMAN

CHET’S CHOICE

Sólo tres dias después de la muerte de su pianista habitual: Dick Twazdick, Chet Baker se mete en el estudio del «Pathe Magellan» en Paris, y las sesiones allí grabadas el 24 de Octubre de 1955 producen un lúgubre escalofrio. Allí estaba el recuerdo del músico y amigo desaparecido. Un disco impresionante. La serie de cuatro volumenes, está incluido en el libro: «Los 100 mejores discos de Jazz».

Unas sesiones de culto y un encuentro maravilloso entre dos grandes músicos de jazz. Chet Baker encontró en el pianista Russ Freeman el músico que mejor le entendió y este, al lado de Baker pasó a la historia del jazz como uno de sus mejores pianistas. Estas sesiones con su cuarteto de 1953 en la Costa Oeste americana está entre lo mejor de su dicografia. Imprescindible.

Chet Baker en excelente forma. Ambiente muy íntimo (sólo guitarra y bajo) y con un magistral Philip Catherine, dandole el soporte rítmico con su guitarra. El material que Baker grabó para el sello holandés, Criss Cross, constituye una de las referencias ineludibles de su carrera profesional, y dentro del excelente tono de esas grabaciones, «Chet’s Choice», está entre las mejores.

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CHET BAKER.

Chet Baker, nació en el ambiente de una granja rural típica de la región de Oklahoma. Hacía 1940, su familia se traslado a California, y allí su padre, aficionado a la guitarra, le inculcó la afición por el jazz a través de los discos de Jack Teagarden, un trombonista de la época del swing. Su primer instrumento fue lógicamente un trombón, pero su futuro no estaba escrito para deslizar varas, sino para presionar pistones. En el conservatorio de su ciudad, el «Glendale High Shool», aprendió nociones básicas de trompeta y enseguida empezó a tocar en las bandas juveniles imitando a los grandes trompetistas blancos de la época, Bix Beiderbecke y Harry James.

Con 16 años se alistó en el ejercito y cuando se licenció, estudio teoría musical en el «Camino College», de Los Ángeles. Allí entró en contacto con los mejores trompetistas del bebop: Fats Navarro, Dizzy Gillespie, Red Roney, etc. Como el trabajo no abundaba, se reenganchó en el ejercito en 1950 aunque un destino nada cómodo en el desierto de Arizona le separó definitivamente de la vida militar. Vuelve a California y tuvo la fortuna de que Charlie Parker, que estaba de gira por la zona, necesitaba un trompetista para su grupo. Chet Baker, se puso a la cola de los mas de cincuenta aspirantes al puesto que esperaban turno de audición en el «Tiffany’s Club». Después de escucharle, «Bird» tuvo bastante, suspendió la audición y lo contrató para varios conciertos en su gira californiana y también en Canadá. Tan impresionado quedo Charlie Parker de aquel joven, que a la vuelta a New York, advirtió a Dizzy Gillespie y a Miles Davis, que anduvieran con cuidado con aquel joven trompetista blanco.

Conoció a Gerry Mulligan, en 1952 y formaron un peculiar cuarteto, el magnifico, «Gerry Mulligan Quartet» en el que por primera vez, desaparecía el piano para dejar paso a una línea de vientos ágil y contundente al mismo tiempo. Aquél sonido se hizo tan popular que fue tomado como insignia del jazz que se hacía en la Costa Oeste de los Estados Unidos, a pesar de que Mulligan procedía de New York y Baker tenía todos sus admiradores en la Costa Este. Cuando Baker y Mulligan se separaron, el trompetista encontró a su siguiente socio, el magnifico pianista, Russ Freeman, con el que graba discos importantísimos.

Viaja a Europa en 1955, y lleva al piano a Dick Twardzik, sustituyendo a Freeman que prefirió no viajar. Tiene problemas por asuntos de droga, y es detenido en Italia y posteriormente en Alemania, acusado de traficar con heroína. Graba unas excepcionales grabaciones en Paris y vuelve a New York donde con motivo de una brutal paliza, pierde los dientes y la facultad de embocar bien la trompeta. Se recuperó lenta y dolorosamente y en la última etapa de su carrera grabó numerosos y magníficos discos especialmente para sellos europeos. Su muerte se produjo en extrañas circunstancias – dicen que alguien lo arrojó por una ventana, el 13 de mayo de 1988. Con su muerte, el jazz perdió a un músico excepcional.

Temas

Duración

When I Fall In Love. 3,46
Street of Dreams. 2,33
Angel Eyes. 6,07
Look For The Silver Lining. 2,40
My Old Flame. 4,57
Lady Bird. 4,47
Goodbye. 3,48
The Song Is You. 2,31
Autumn In New York. 7,08
Line For Lyons. 7,46
Indian Summer. 5,15
I Should Care. 8,39
Forgetful. 7,24
Tune Up. 5,18
Violets For Your Furs. 3,17
Cheryl Blues. 5,01
Deep In A Dream. 5,54
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