La década de los cuarenta y los cincuenta, comenzó alumbrando su propio estilo jazzístico impregnando de música creativa toda la segunda mitad del siglo XX. El Bebop alcanzó su cenit con las grabaciones de Charlie Parker, Thelonious Monk, Dizzy Gillespie, Bud Powell y otros grandes creadores del jazz moderno. Esa música, claramente alineada con el músico afroamericano, tuvo su contrapunto, con el movimiento «Cool», una música más modal, con tonos menos agrestes y localizada, sobre todo, entre los músicos de la Costa Oeste de los EE. UU.
La feliz colaboración entre el trompetista Miles Davis, y el compositor Gil Evans, y la aparición de un pianista blanco llamado Lennie Tristano, ayudó sobremanera a que el «Cool», fuera un éxito más allá del perímetro del Estado de California. El corpus de toda esa música lo constituyen los doce temas de la versión completa del disco «Birth Of The Cool», donde Evans y Miles, logran una verdadera obra maestra y aquella semilla germinó hasta convertirse en uno de los pilares básicos de lo que se dio en llamar el «Wes Coast Jazz».
Y ese movimiento de los músicos blancos, como Gerry Mulligan, Zoot Sims, Art Pepper, Lee Konitz, Al Cohn, Jimmy Giuffre o Chet Baker, obtuvo la respuesta adecuada por el músico afroamericano. Creadores como, Art Blakey, Horace Silver, Lee Morgan, Clifford Brown, Charles Mingus, Sonny Rollins, John Coltrane, Dexter Gordon, Eric Dolphy, Ornette Coleman, o Pony Poindexter, por poner solo algunos ejemplos, dieron una vuelta de tuerca al movimiento bop, y sus composiciones se volvieron todavía más abruptas, más «africanas» si cabe. Así nació el Har-Bop, o «Bop Duro», una clara manifestación musical que reclamaba para el afroamericano la vuelta a los sonidos ancestrales del continente africano. Los clubes de jazz, también comenzaron a adaptarse a esos nuevos sonidos, y a los tradicionales locales de la Calle 52 en NYC, se le sumaron otros con una programación más acorde a los sonidos modernos que venían soplando con fuerza. Nacieron así, los legendarios «Village Vanguard», «The Five Spot»; «Half-Note», «Village Gate», «Blackhawk», «Blue Note», etc.
Esa especie de dicotomía entre el «Cool», y el Hard-Bop», se trasladó, afortunadamente, a los numerosos documentos sonoros grabados en esa década, con autenticas obras maestras de ambos estilos, entre las que se incluyen algunas grabaciones extraordinarias del jazz vocal. Las y los cantantes de jazz, supieron adaptarse muy bien a esos nuevos ritmos, y brillaron al mismo nivel que los instrumentistas. Muchas de esas grabaciones se realizaron en vivo y en directo a lo largo de los cinco continentes y aquí os dejo algunos de esos legendarios conciertos en directo celebrados en la década de los años sesenta del siglo XX, que forman parte de mi colección de jazz. Como se suele decir en estos casos, no están todos los que son, pero, para mí, si son todos los que aquí están.
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