LITERATURA

La obra de Alfonso X.

EL PERSONAJE HISTÓRICO.

Alfonso X nació el 23 de noviembre de 1221 en Toledo, hijo de Fernando III de Castilla (1217-1252) y de Beatriz de Suabia (?-1235).

Durante el reinado de su padre participó en la conquista del reino de Murcia y actuó en primera persona en el Tratado de Almizra (1244), donde, frente a Jaime I el Conquistador, se cerró el litigio de fronteras latente hasta ese momento con la Corona de Aragón. En 1249 se casó con Violante de Aragón (1236-1302), hija del rey Jaime I y de Violante de Hungría. Tras la muerte de Fernando III, Alfonso X  fue proclamado Rey de Castilla y de León (1252-1284), y reanudó diversas contiendas contra los musulmanes, conquistando fortalezas como las de Jerez, Cádiz, Niebla o Medina Sidonia, con la ayuda de Jaime I, con quien puso fin a la rebelión de los mudéjares en Murcia y en el valle del Guadalquivir.

Durante más de la mitad de su reinado luchó por ser elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, cargo electivo, no hereditario, al que tenía derecho por ascendencia materna. El inglés Ricardo de Cornualles, hermano de Enrique III, fue su opositor por conseguir el puesto. Tras la muerte de éste en 1272, cuando parecía que el rey Alfonso X tenía ya el camino libre para conseguir su objetivo, en 1273 Rodolfo de Habsburgo fue proclamado emperador y en mayo de 1275 Alfonso X renunció definitivamente al Imperio ante el papa Gregorio X.

Las decisiones del gobierno que ejercía Alfonso X eran compartidas con la nobleza, lo que en más de una ocasión le trajo grandes problemas e insurrecciones, que tuvo que ir sofocando a lo largo de su mandato. Una de las más importante tuvo lugar casi al final de su mandato, tras la muerte de su primogénito Fernando de Castilla, llamado el de la Cerda (1255-1275), príncipe heredero. Esta muerte provocó un problema sucesorio ya que, según la costumbre castellana correspondía la corona a su segundo hijo Sancho, pero tras la introducción del Derecho Romano en «Las Siete Partidas», tenía derecho a la corona su sobrino Alfonso de la Cerda, hijo del fallecido Fernando. Finalmente Alfonso X decide que su sucesor será su hijo Sancho IV, recluyendo a los infantes de la Cerda en el reino de Navarra.

El final de su vida fue ciertamente triste. Los constantes problemas políticos con los reinos de Aragón y de Navarra provocan que su hijo Sancho IV, el Fuerte, tome las riendas y el poder político del reino. Traicionado por su propio hijo, abandonado y solo, muere en 1284 en Sevilla, dejando escrito en su testamento que la corona de Castilla y León pasaría, finalmente, a manos de su sobrino Alfonso de la Cerda, pero este testamento fue derogado por Sancho IV, proclamándose como nuevo rey.

LA OBRA.

Independientemente a su ambición política, Alfonso X tenía una gran inquietud cultural y literaria, lo que llevó a que se le conociera con el sobrenombre de «el Sabio». Durante su reinado desarrolló una labor de valor incalculable para la cultural occidental de la época, creando la Escuela de Traductores de Toledo, donde trabajaron conjuntamente árabes, judíos y cristianos, e impulsando la creación de obras de distintas materias y disciplinas, entre las que podemos destacar las siguientes:

TEXTOS HISTÓRICOS

Estoria de España

Obra donde Alfonso X trató de compilar la sucesión de los señoríos de los distintos pueblos que dominaron sucesivamente la península ibérica: griegos, señoríos de los almujuces, africanos, cartagineses, romanos, pueblos bárbaros, godos y los distintos reyes astur-leoneses, leoneses y castellano-leoneses, llegando hasta el reinado de Vermudo III (aproximadamente año 1037).

Existen dos versiones, la llamada primitiva (hacia 1270-1274) o primera edición, y la conocida como la versión crítica (entre 1282-1284), reescrita por el rey cuando se encontraba en Sevilla en los últimos días de su vida.

General Estoria

Iniciada simultáneamente con la Estoria de España por los historiadores de los talleres alfonsíes, la General Estoria trata de recoger la Historia Universal. Sus esquemas son similares, pero en la composición de la General Estoria apuesta más a enmarcar los periodos históricos en función de los gobiernos de príncipes y señores naturales que ostentaban el imperium mundial sobre el resto de pueblos de la tierra, que por la precisión cronológica.

TEXTOS RELIGIOSOS:

Cantigas

Si por alguna obra conocemos a Alfonso X es por sus Cantigas de Santa María, quizás porque, de entre todas sus obras, sean las cantigas las que más carácter literario tienen. Las cantigas son poesías escritas para ser cantadas, compuestas principalmente por los trovadores, en dialecto gallego-portugués y, sin duda alguna, podemos catalogarlas como el género más típico de la poesía medieval.

Las Cantigas escritas por Alfonso X sobre temática religiosa están dedicadas en su mayoría a la figura de la Virgen, a sus milagros, a su gran comprensión y bondad en la ayuda constante a los débiles, enfermos y pecadores, aunque otras tratan sobre las virtudes cristianas o el castigo a los vicios y pecados. La extensión de las Cantigas de Santa María es de 420 poemas o himnos, acompañadas por pinturas en miniatura que resaltan los distintos acontecimientos cantados.

TEXTOS JURÍDICOS:

Alfonso X desarrolló una importante labor divulgativa en el campo jurídico, ya heredada de su padre Fernando III, quien también trabajó considerablemente por establecer normas sobre la relaciones jurídico-políticas entre los reyes y sus vasallos, en los distintos fueros de la península. Así en la época de Alfonso X vieron a la luz muchos textos jurídicos de una importancia sobresaliente, entre los cuales destacamos los siguientes.

El Fuero Real

Este texto jurídico ha recibido distintos nombre a lo largo de la historia, como Fuero del Libro, Libro de los Concejos de Castilla, Fuero Castellano o éste último de Fuero Real. Promulgado por Alfonso X hacia 1252, su propósito era abolir la multitud de fueros legales particulares que existían, por lo que se fue concediendo de manera progresiva tanto a las ciudades y pueblos que no tenían un fuero como a los que tenían su propio fuero (Peñafiel, Burgos, Soria, Buitrago, Béjar, Madrid,…), aunque encontró una fuerte oposición en esta medida en la nobleza castellana, por reducir notablemente sus privilegios, y en las propias ciudades, donde eran derogadas multitud de concesiones de las que disponían sus cabildos.

Consta de 550 leyes divididas en 4 libros y 72 títulos. El Libro I trata de materia política y religiosa y de las personas que actúan en la administración de justicia.  Libro II trata de los procedimientos judiciales. El Libro III del derecho civil y el Libro IV del derecho penal.

El Espéculo

El «Espejo de todos los derechos» es su traducción. Nunca tuvo vigencia, ya que no fue publicado ni sancionado. Su manuscrito incompleto fue descubierto en el siglo XIV en la biblioteca del Duque del Infantar. Su propósito era dar a Castilla un derecho único y territorial, tratando los temas de la ley, el legislador, materias religiosas, la Constitución política del reino, la Constitución del Derecho Militar, la organización de la Justicia y del procedimiento.

El Código de las Siete Partidas

Comenzó a escribirse en 1254, pero no se acabó hasta 1261. Su nombre original fue el Libro de las Leyes o Fuero de las Leyes, hasta que en el siglo XIV pasó a llamarse el Código de las Siete Partidas, como referencia a los siete libros o partes que lo componen. Considerado por los historiadores como uno de los llamados códigos universales, trató de dar unidad legislativa a un reino fraccionado en innumerables fueros. El texto contiene un prólogo y siete partidas, divididas en 182 títulos, en total 2.802 leyes o reglas que regulan el sistema de fuentes (ley, uso, costumbre y fuero) y el Derecho eclesiástico, político, administrativo, procesal, civil, mercantil, matrimonial y penal.

Sus fuentes fundamentales fueron diversos textos del derecho romano (Código de Justiniano), el derecho canónico (Decretales de Gregorio IX) y otras fuentes de derecho castellano y nacional (fueros y costumbres).

Alfonso X se limitó a publicar el Código de las Siete Partidas, pero no lo sancionó, por lo que no obtuvo carácter legal, sino meramente doctrinal. Fue Alfonso XI en 1348 quien lo sancionó, tomando el carácter legal, que duraría prácticamente hasta el siglo XIX.

El Setenario

Aunque hay diversas teorías sobre su datación, se cree que pertenece al último tercio del reinado de Alfonso X. Y, aunque, tal y como refleja su texto, esta obra fue un encargo de su padre Fernando III, con el fin de reformar los comportamientos políticos y jurídicos de los reyes y sus vasallos, quizás fuera escrito con posterioridad al Espéculo y al Fuero Real.

En esta heptalogia, de gran similitud, tanto en estructura como en el contenido, con el Código de las Siete Partidas, se pueden diferenciar claramente dos partes: una primera dedicada a las leyes y tratamientos de los actos de fe, de los apóstoles y los sacramentos; y una segunda parte con más carácter político, donde se trata de establecer la mejor manera de actuar y enmendar errores para todos aquellos que tuvieran que tomar decisiones de estado (obligaciones reales), bondades y virtudes de las que deben hacer gala los reyes.

TEXTOS CIENTIFICOS:

Libro del saber de astronomía

Alfonso X tenía también una gran inquietud científica y, especialmente, sobre los temas astronómicos y astrológicos. Así, durante su reinado, fomentó la traducción de diferentes textos árabes y judíos que hablaran de los astros, dando a luz a obras como el Libro del saber de astronomía: recopilación de dieciséis libros o tratados que tradujo entre 1276 y 1277, y donde describe detalladamente las esferas celestes y los instrumentos astronómicos existentes en la época.

Las Tablas

También realizó una revisión y ampliación de las Tablas toledanas realizadas dos siglos antes por el astrónomo Azarquiel. En ellas se distinguen las constelaciones siguiendo el orden establecido por Ptolomeo, y fueron muy utilizadas posteriormente por los navegantes europeos de los siglos XV y XVI, llegando a servir, incluso, como base a los descubrimientos posteriores de Copérnico.

Lapidario

Redactado en el taller del Alfonso X hacia 1253 y considerado el primer libro que salió de este taller.  Es un estudio de carácter astrológico relacionado con las piedras. Trata del color, naturaleza y propiedades de las 360 piedras vinculadas con los trescientos sesenta grados del zodiaco. Se conserva en la Biblioteca de El Escorial, aunque faltan los textos referentes a las 30 últimas piedras (Piscis).

TEXTOS LÚDICOS:

Libro del axedrez, dados et tablas

Considerado el último libro que salió de los talleres de Alfonso X, hacia en año 1283, un año antes de su muerte. Consta de 200 folios y unas 150 miniaturas. Trata, fundamentalmente, sobre el juego del ajedrez, al cual confiere el rango de «juego de reyes y gente noble e inteligente». Sirvió para introducir este juego en Europa. Además trata de otros juegos de mesa.

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